Cuál es la mejor patata para asar

La Kennebec, la Monalisa, la Agria y otras variedades están indicadas para asar. De ahí que no puedan faltar en nuestras despensas. Son ideales para elaborar las clásicas patatas panaderas al horno y otras recetas más exóticas, como las patatas hasselback, las duquesa, etcétera.

Pero ¿cuál es la mejor patata para asar? Aunque no existe una respuesta categórica, el perfil de las «candidatas» es muy preciso: 

• Una piel bien gruesa que resista las altas temperaturas.
• Una textura firme y esponjosa, resultado de su riqueza en almidón.
• Una forma redonda u oval de calibre medio, para un asado uniforme.
• La tendencia a dorarse gracias a su contenido en azúcares.

En las siguientes líneas ampliaremos cada una de estas características, antes de detallar qué variedades las cumplen a la perfección. Así podrás reconocerlas de un vistazo y tenerlas siempre a mano en tu cocina.

¿Qué características deben reunir las patatas para asar?

Son almidonosas

Las mejores patatas para asar presentan un alto contenido en fécula. Esto garantiza que su carne adquiera una textura a la vez firme y cremosa durante el horneado. 

Poseen una piel gruesa

La piel del tubérculo desempeña un rol capital en su sabor y consistencia final. Al asarla, la patata alcanza temperaturas altísimas; sin una piel gruesa y resistente, tendería a romperse en vez de lograr una textura crujiente y sabrosa.

Son equilibradas en forma y tamaño

Las patatas aptas para asar ofrecen una forma redonda, ovoidal o alargada, poco irregular. Su tamaño es entre medio y grande. Con las variedades de menor calibre, es más difícil obtener ese contraste entre la piel crujiente y la pulpa esponjosa.

Monalisa, Kennebec y otras variedades de patatas para asar

Kennebec

La consistencia de su carne permite cocinarla de este modo sin que se resquebraje ni pierda su unidad. Esta patata, de origen estadounidense, absorbe gran cantidad de jugos y presenta una tolerancia óptima a las altas temperaturas.

Monalisa

La patata Monalisa es otra opción inmejorable para asar. Se trata de una variedad semitardía, que posee una pulpa amarilla y firme, adecuada para esta técnica culinaria. Su contenido de agua y almidón es equilibrado. Como patata para asar, su único defecto es una piel fina; pese a ello, resiste bien el horneado y la cocción a la brasa.

Agria

En busca de la mejor variedad de patata para asar, no pocos chefs y consumidores eligen la Agria. Este tubérculo es bastante almidonoso. Gracias a su textura, puede hornearse entero o en gajos. Absorbe poco aceite y ofrece un intenso sabor. 

Cualquiera de estas variedades permite obtener unas patatas asadas de primer nivel. La recompensa es doble, además. Porque no solo es una forma de deliciosa de consumir este tubérculo, sino muy saludable porque:

• Las patatas asadas son más digestivas, y su almidón beneficia a la microbiota intestinal.
• Retiene mejor sus vitaminas, minerales y demás nutrientes, en particular cuando se consume con piel.